Habiendo pasado unos días de mi regreso (cinco ya), es ahora cuando vuelvo a reencontrarme con mis lugares y comprobar, para mi fortuna, que nada ha cambiado: no hay derrumbamiento económico, las carreteras te llevan a los mismos lugares y las noticias de actualidad se repiten cíclicamente como si hubieran estado escritas hace ya mucho tiempo.
En lo educativo pocos días quedan para el inicio del nuevo año escolar. Los centros esperan el inicio académico ante un frenesí de horarios, libros de texto, reuniones y llegada de los alumnos que afrontarán un nuevo curso escolar cargados de ilusiones, grandes expectativas de aprendizaje o pasar un curso más en su vida académica.
La experiencia vivida en San Blas, dentro de la Asociación "Hijos del Maíz" se centró en la Escuela de Ed infantil. Esta experiencia me ha abierto los ojos ante un colectivo que creo que no es valorado como se merece: los especialistas de Educación Infantil. Teníamos 32 alumnos de 3, 4 y 5 años en un aula muy mimada en cuanto a recursos, con una dotación muy aceptable pero de escasas dimensiones debido al aumento de alumnos en los últimos años. La maestra titular apenas llevaba un mes con los niños y todavía estaba en proceso de adaptación a sus alumnos. Para su desgracia contrajo el chikungunya que la inhabilitó una semana. Llegué yo con grandes expectativas (creadas por mí mismo) pensando que iba a hacer maravillas aún a sabiendas que no era especialista de Infantil. Ese fue mi primer gran error: pensar que solo con mi voz y con mi prestidigitación de tableta (iPad) iba a deslumbrar a todo el mundo. No tardé en comprobar, apenas unas horas, que eso no sería suficiente (más bien absolutamente inválido), y en un día estaba rogando que alguien viniera a ayudarnos y decirnos qué hacer con estos niños que estaban poco acostumbrados a normas básicas y rutinas. Y entonces apareció, como un milagro caído del cielo, Mª Luisa, cooperante en un programa de funcionarios de la Junta de Castilla y León, y maestra de Educación Infantil en un Colegio Público de Valladolid. Su intervención sí fue mágica. No con poco esfuerzo pero con grandes dosis de paciencia inició a los niños en rutinas, normas, canciones, juegos, movimiento, relajación . En pocos días los niños se transformaron de diamantes en bruto a criaturas adorables. Fue a partir de entonces cuando ya pude incorporar mi prestidigitación. Gracias al permiso de su Director (yo mismo) y al Jefe del Servicio de Formación llevé 8 iPads mini del CFIE de Ciudad Rodrigo para comprobar de primera mano el potencial de aprendizaje de estos artefactos que tan acostumbrado estaba a "vender" en mis sesiones de formación de FORMAPPS. Llegado a este punto comprobé en primera persona el potencial que transfiere esta tecnología: el aprendizaje líquido y transparente, el ritmo adaptativo a cada alumno y la extremada motivación que produce. Eso en tan solo dos semanas. Con un programa de curso completo adaptado a un aprendizaje por proyectos, con aplicaciones que desarrollen la creatividad, la lectura y la escritura no me cabe la menor duda que sus aprendizajes se multiplicarían sin esfuerzos. Pero como siempre hay un "pero". En Facebook escribí esto y no retiro nada "El uso de las tablets favorece y estimula el aprendizaje. Se fomenta el respeto por el material, asumen normas y responsabilidades y de forma natural se enfrentan a una tecnología líquida (descubrimiento a través del ensayo error). No hablemos ya de conceptos básicos y del desarrollo creativo que es de un potencial enorme. Sin embargo el tecnocentrismo anula otros aprendizajes como los emocionales y los manipulativos. Como todo la solución está en el equilibrio.
Para que exista el equilibrio se necesita de la formación y experimentación de estos especialistas de Ed Infantil que, sin duda, es la rama docente más compleja y con más carga de vocación, paciencia y habilidad emocional que hay. Todos, absolutamente todos deberían ser más reconocidos y mejor remunerados pues son los que crean los pilares básicos de los futuros estudiantes y ciudadanos. He tenido la suerte de aprender mucho y de ver cómo trabaja una maestra de infantil y.... afortunada es la educación de contar con estos profesionales. Muchas gracias Mª Luisa.
Dejo un vídeo de mi último día en la escuela que, además de emocionante, será inolvidable, No puedo dejar de agradecer y valorar (no me cansaré de hacerlo) el impresionante trabajo que la Asociación Hijos del Maíz está haciendo en Nicaragua, a los voluntarios españoles, a los trabajadores y especialmente a Fernando y a Dulce, artífices de este milagro.
