domingo, 9 de agosto de 2015

MANAGUA LA NUIT

Visitar Managua, si se puede decir  que visitar es circular por un enjambre de carreteras, me ha llevado a reflexionar sobre lo maravilloso y sorprendente que es la estupidez humana. Estupidez que más a allá de ser graciosa o banal es, en ocasiones demoledora y  execrable pagando las consecuencias del capricho idiota y paleto  los más desfavorecidos entre los cuales incluimos tristemente a los niños.

Como no es mi intención hacer valoraciones políticas debido fundamentalmente a mi falta de formación y documentación sobre la historia de Nicaragua con un vaivén político  de idas y venidas de corruptos gobiernos dictadores, sandinistas, liberales y nuevamente sandinistas, haré solo una reflexión de lo que vieron mis ojos en Managua.

Habida  cuenta que estamos en el mes de Agosto y que aún faltan cinco meses para la Navidad, Managua vive una fiesta de luz y color navideña perpetua. Todo es debido a que la mujer de Daniel Ortega, Rosario Murillo, conocida en los círculos no amigables como "La Chamuca" (bruja en Mexicano), y coordinadora actual del Consejo  del Comunicación y Ciudadanía del país centroamericano, decidió decorar Managua con una serie de árboles metálicos alumbrados por  cientos de bombillas amarillentas de alto voltaje. Estos árboles están formados por un follaje de múltiples "seis" (666 es el número del diablo) y que algunos vieron como guiño a su afición por la brujería y el esoterismo macabro. Nicaragua ya vivió una intensa polémica cuando se convocó un Congreso de Brujos a nivel mundial acusando directamente a la susodicha de hacer apología de lo luciférico y responsabilizarla de organizar "encubierta" este singular congreso friki.

Mi visión puramente estética de estos arbolitos es catalogable como  hortera, rozando lo chavacano y lo insultante hacia el más mínimo canon de lo estético.

Pero este orgasmo electrógeno no termina en los centenares de árboles que decoran medianas de la autovía. Una serie de rotondas  alumbran con lucecitas de colores el paso circulatorio rayando la estridencia y homenajeando, desde mi punto de vista, los cachivaches de las ferias ( me gustaría conocer al artista o ideólogo para insultarle). Entre ellas, como no, encontramos homenaje póstumo al honorable Hugo Chávez, con su gorrita roja ladeada, seguramente después de haber dicho "exprópiese". Por fin llegamos a la Plaza Central donde vemos, entre otros edificios, la  vieja catedral de Managua que sobrevivió al terremoto del 1972 pero que por cuestiones de seguridad está cerrada al público. Está decorada con miles de luces intensas y  azuladas dando una fiesta de color hacia la nada.

Y después de ver este despliegue vamos a las escuelas de la zona rural  y vemos para nuestra desazón que no cuentan con luz eléctrica por no poder mantenerlo el estado. Es evidente que la educación no pasa por ser una de las prioridades de este gobierno. Puede ser que algunos defiendan que por su pueblo hicieron mucho en épocas pasadas, no lo pongo en duda, pero en los ojos de alguien que ha visto estas dos realidades una intensa decepción se apodera de mi cuando observo esta injusticia y este despilfarro. Con un espantoso árbol de perpetua navidad managüense dábamos luz a la escuela de San Blas por diez años. y si fulmináramos todos de un plumazo quien sabe si libros, material, luz, y comida en todas las escuelas públicas del ámbito rural de Nicaragua. ¡Y esto no es demagogia, leches! En fin, hecha esta reflexión que cada uno ahora piense lo que quiera y que los recalcitrantes del populismo saquen sus propias conclusiones para darnos después clases de moral política e ideológica.
https://goo.gl/photos/RhAKv3YNRpydru1Y8

2 comentarios:

  1. No pude abrir las fotos, pero ¿qué decirte? Es absolutamente indignante y hortera, por supuesto, de acuerdo contigo.

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