Ometepe, que deriva del nahuati, ome (dos) tepetl (montañas) fue el destino turístico que realicé junto con tres voluntarios el fin de semana del 1 y 2 de agosto. Esta isla se encuentra en el Lago Nicaragua y como nos indica su topónimo está formada por dos volcanes: el Volcán Maderas y el Volcán Concepción.
Trasladarse hasta la isla implica tomar un Ferry en San Jorge, localidad cercana a la capital de Rivas. Para llegar a Rivas el viaje lo realizamos en un autobús propulsado a escape libre desde Granada. Digo a escape libre de manera literal pues el sonido del autobús era ensordecedor lo cual llamó mi atención desde el inicio. El autobús se completó en Granada. Esto me hizo suponer que el trayecto sería directo ya que no había posibilidad de acoger más pasajeros. ¡Cuán equivocado estaba! Paró cientos de veces montando cada vez más gente sin bajarse nadie en las paradas. Esta circunstancia hacía del medio de transporte una conservera de carne humana sobre ruedas, con escasísima ventilación que perfumaba un ambiente entre mefítico y amoniacal. Cierto es que de manera inverosímil algún vendedor ambulante nos ofrecía productos como "frescos" (refrescos naturales de frutas) o manís y nos amenizaba con sus equilibrios y filigranas entre la masa de cabezas sin dejar caer nada al suelo. No sé de dónde salían pero su aparición era entre fantasmal y mágica al estilo de David Copperfield.
Llegados a San Jorge tomamos un Ferry , un tanto obsoleto pero cómodo y muy barato de precio, para llegar a Ometepe y acomodarnos en el hotel contratado de Moyogalpa; el Nicaraus. Salimos a dar un paseo y fruto de la caprichosa meteorología cayó una torrencial lluvia tropical al poco de iniciar el paseo. Como no era cuestión de llegar como una sopa, a no ser que tuvieras un apretón insalvable para volver al hotel y aliviar un inoportuno y traicionero atasco intestinal como fue el caso de un voluntario, nos resguardamos en un soportal, posiblemente el único de Ometepe, y esperamos no más de 20 minutos a que saliera el sol, nuevamente brillante y castigador. Vimos Moyogalpa, alternamos en un par de restaurantes para comer y cenar de precio barato, calidad optima y servicio un poco lento pero en líneas generales satisfactorio.
Al día siguiente, temprano, iniciamos nuestro viaje con el siguiente recorrido: Charco Verde, Los petroglifos de Altagracia, Ojo de Agua, Playa de Santa Domingo donde comimos un guapote muy interesante y la punta de Jesús María.
Por la noche, hay que decir que Moyogalpa estaba en fiestas, vimos un espectáculo taurino que consistía en que los jóvenes montaran a horcajadas un toro medio bravo hasta que la bestia volara por los aires como un trapo al intrépido mozo y diera con sus huesos en una arena pisoteada y orinada por los caballos. Singular aunque un poco incomprensible a nuestros ojos
En el vídeo hago un resumen de los lugares visitados parafraseando aquello de "una imagen vale más que mil palabras". Dejo unos enlaces por si suscita vuestro interés y algún día queréis visitar este maravilloso país con miles de rincones mágicos el cual, Ometepe, resultaría obligado.
Gracias Alfonso por hacernos partícipes de tu vivencia por esas tierras tan maravillosas.
ResponderEliminarEs el escenario de un sueño, las mariposas, la vegetación, la lluvia... Es una maravilla.
ResponderEliminarEs magia...
Bonita experiencia