miércoles, 29 de julio de 2015

LA RUTA DE LOS VOLCANES

El primer fin de semana en Nicaragua programamos  conocer los volcanes cercanos a Granada: Volcán de Masaya, Cráter de Apoyo y Volcán de Mombacho. Este último nos vela el sueño y nos saluda altivo cada mañana mirándonos con su corpórea masa volcánica. Afortunadamente el volcán duerme en un profundo sueño desde  1570.
Antes de comenzar la excursión hicimos unas compras obligatorias para la asociación en Managua. Mis sensaciones con respecto a la capital fueron un poco decepcionantes. Destruida la ciudad por completo  a causa de un seísmo en 1972,  su reconstrucción ha sido lenta. Apenas hay edificios con altura y no tuve la sensación de estar en la capital si no fuera por un caótico tráfico que taponaba sus arterias principales. La viviendas se acumulaban en “cuadras” que apenas se hacían visibles ya que se escondían entre una densa vegetación.
La ruta de los volcanes la iniciamos por la tarde en dirección a Masaya. Después de ver el centro de interpretación, un poco obsoleto pero muy gráfico y didáctico, lo cual se agradecía, fuimos hasta la cima. Del cráter de Santiago manaba un dióxido continuo que impedía ver la profundidad del cráter. Unas vistas espectaculares nos daban idea de la intensidad volcánica de la zona cuyo nombre lo bautizaron los españoles como “boca del infierno”. 

Hecha esta visita nos dirigimos hasta San Juan de Oriente para acercarnos al mirador de Catarina y ver, desde un alto, el imponente cráter estinto de la laguna de Apoyo. Un inmensa laguna con 9 km de diámetro que merece la pena visitar. Se cree que pueda tener una profundidad de hasta cien metros.

Al día siguiente fuimos hasta el volcán de Mombacho. Después de subir unas rampas superiores al 25% llegamos a la parada de coches para iniciar una ruta a pie corta pero verdaderamente impresionante. Atravesamos un camino angosto pero muy frondoso de vegetación tropical. No mucho tiempo después avistamos desde un mirador un paisaje estremecedor y extraordinario. Se podía divisar toda la ciudad de Granada, las isletas y la inmensidad del lago Nicaragua siendo uno de los paisajes más espectaculares que he visto en mi vida.

Hecha estas visitas queda claramente justificado el título del blog, “En la tierra de los volcanes” el cual seguiré nutriendo con las futuras visitas que me esperan en este impresionante país lleno de contrastes


lunes, 27 de julio de 2015

EN EL MERCADO DE MASAYA

Cada quince días, la asociación Hijos del Maíz va a hacer las pertinentes compras para el comedor. El mercado de Masaya, situado a unos 20 kilómetros de San Blas, es el lugar idóneo por la cantidad de tiendas, puestos y productos que se pueden encontrar. Algunos comunes a nuestros ojos y otros no tanto como puede ser la yuca, pitayas, kalalas (maracuyá), ayotes (calabazas pequeñas) u otros productos que no he sido capaz de memorizar o no me dio tiempo a apuntar en el teléfono móvil. Ver y respirar la vida del mercado es algo que merece la pena experimentar. Los puestos se amontonan con sus productos dejando estrechos pasillos para los compradores. Un mezcla de olores, no todos agradables, llegan al olfato con inmediatez y te introducen entre un caos que te atrapa y admira.
Mereció la pena visitar el mercado de artesanía, tanto el cercano al mercado de frutas y verduras como otro más aclimatado y pensado para el turismo a escasas manzanas y, evidentemente, más caro. Otro día de grandes contrastes pero muy interesante. Repetiré si tengo ocasión.

Por la tarde reiniciamos la actividad turístico-comercial por los mercados de artesanía y visitamos el malecón de la ciudad. Desde un mirador vimos el Lago Masaya situado a los pies de su volcán. Un lugar francamente  original y singular con una vista hermosa desde el aparcamiento de un estadio de béisbol, deporte nacional en Nicaragua.


domingo, 26 de julio de 2015

EN SANTA ANA


Hechas las reflexiones anteriores prefiero ahora dejar constancia en imágenes de realidades y lugares dignos de destacar que vayamos a visitar. En este caso conocimos otra comunidad cercana a San Blas, Santa Ana, a unos 4 kilómetros de distancia entre campos sembrados fundamentalmente de maní (cacahuetes)  Aprovechamos el viaje ya que una de las cooperantes realiza un trabajo de investigación para su tesis pasando una serie de encuestas entre mujeres que sean madres. Vimos cómo son las casas por dentro, concretamente una humilde. Me hubiera gustado decir que la casa en cuestión, pese a su humildad, tenía lo suficiente para vivir dignamente. Pues no, la pobreza extrema se hace patente, dejando un ligero revoltijo en la tripas, cuando ves que habitan en una vivienda que en nuestro mundo no llegaría a la categoría de caseta de herramientas; eso sería un palacete. Evidentemente no todas las casas son así y llevarse una impresión de generalidad, cercenaría la realidad de la sociedad rural en Nicaragua. Esto te hace ser consciente de lo que es vivir en la pobreza extrema que es, de momento, con los únicos ojos que podemos mirarlo. Mañana iremos al mercado de Masaya y seguro que veremos otra luz y ambiente.

viernes, 24 de julio de 2015

ENTENDIENDO LA COOPERACIÓN

Hacer una incursión por los proyectos que realiza “Hijos del Maíz” en San Blas, Nicaragua, es comprender la esencia de la cooperación internacional. Las ayudas humanitarias son entendidas como aportaciones de material médico, alimentación o mano de obra a países que, tras una catástrofe, soliviantan necesidades elementales de manera inmediata. La labor que desarrolla la asociación Hijos del Maíz en Nicaragua , como otras muchas, va mucho más lejos. Integrarse en comunidades para aportar recursos como un comedor, una dispensario médico o una escuela de infantil supone formar parte de la población, entender las necesidades o aunar esfuerzos comunes para desarrollar proyectos de cooperación.
Es verdaderamente satisfactorio comprobar que una pequeña parte de nuestros impuestos son destinados a una ayuda real y efectiva en estos países. La Junta de Castilla y León ha aportado muchos recursos materiales y económicos que, sin ellos, hubiera sido imposible tener lo que se tiene. También las aportaciones de particulares contribuyen a sostener el Proyecto como pilar esencial en el desarrollo. Dicho esto y después de dos días, hemos llegado a la conclusión entre algunos cooperantes, que esta manera de aportar bienes económicos y materiales debe implicar a los dos países para que exista una cooperación real y efectiva.

Llevando el agua a mi terreno, el ámbito educativo, mucho se habla del aprendizaje cooperativo y el potencial de encontrar metas de aprendizaje en común. Yo escucho, hago la tarea y me evalúas  en función de lo que he retenido es “pan para hoy y hambre para mañana”.  Si no implicamos a los alumnos de manera activa para que se sientan protagonistas de su tremenda inquietud por aprender solo atenderemos esa solución a la inmediatez. ¿Y mañana? Mañana lo habrán olvidado todo.Llevado el símil al ámbito de la cooperación internacional es exactamente lo mismo. No basta con aportar, hay que implicar, trabajar en común; no vale decir ¿en qué me puedes ayudar? Hay que dar una vuelta a la pregunta ¿ en que puedo ayudarte para que saquemos entre los dos esto  adelante?



Hecha esta reflexión dejo algunas fotos de la vida en la escuela de Infantil. Hay escasez de recursos materiales, poco espacio para acoger a 32 niños, no existen métodos, ni fichas, ni nada similar que atonte o fomente el aprendizaje ( que cada cual lo entienda como quiera). No hay pizarra digital. Solo hay esfuerzo y mucha voluntad para sacar esto adelante. 

miércoles, 22 de julio de 2015

CONTRASTES

Después de un eterno viaje (el paso por Estados Unidos es tremendo) y haber pasado espesos controles de aduana, llegamos el día 20 de julio a Nicaragua a eso de las 8 de la tarde hora local. Un bofetón de calor te sacude al pisar la calle tras 18 horas de sufrir los aires acondicionados de aeropuertos y aviones. “Este es el calor que te espera durante un mes”, me dijeron. Pues hala, bienvenido.
 La ruta a Granada desde Managua son unos 45 Km que se recorren por una autopista cargada de coches que circulan en su mayoría muy despacio por el carril de la izquierda, motocicletas con luces y sin luces y vehículos a motor que a duras penas adquieren la categoría de coche. No hace falta mucho tiempo para comprobar que conducir en Nicaragua solo es apto para aquellos que tengan sobrada experiencia, adivinen las intenciones de los conductores que comparten tránsito, y tengan nervios de acero. El claxon apenas  se utiliza a no ser por  extrema necesidad de advertencia o por saludar a algún conocido.

Una vez alojado en mi habitación y tras un recibimiento  muy amable y de corazón sería el momento de deshacer la maleta, echarse a dormir y esperar al día siguiente para ver la ciudad de Granada despertado por los rayos solares. No hizo falta; un coro de gallos, ( ¿quién dijo que cantaban al alba?)acompañado de otros cantos de aves me despertó después de comprobar que ningún rayo de sol despuntaba. No hizo falta mucho tiempo para adivinar una claridad que degradaba el cielo. El nuevo día había comenzado.

El viaje hasta San Blas son unos diez kilómetros de los cuales 5 son recorridos por la autopista en dirección a Masaya y Managua. El estilo de conducción no había variado con respecto al día anterior  como era de esperar. Eso sí, el tráfico había aumentado exponencialmente sintiendo una sensación de peligro aún mayor que la noche anterior. Para llegar a San Blas hay que salir de la autopista y tomar un camino de tierra con algunos tramos muy estropeados por las torrenciales lluvias. Una intensísima vegetación no dejó de acompañarnos en todo el trayecto hasta llegar al Proyecto “Hijos del maiz”. Después de las oportunas presentaciones, nos mostraron a los nuevos voluntarios todos los proyectos: Escuela, comedor, dispensario médico y explotación ganadera y agrícola. La última hora de la mañana, las clases se cortan a las 12 del medio día, estuve con la maestra en el aula de Ed Intantil. Los niños al principio miraban con cierta desconfianza y vergüenza, (pena dicho en nicaragüense)   al “nuevo maestro”. Duró poco ya que pronto tuvieron un tratamiento conmigo como si me conocieran toda la vida. Mis sensaciones fueron que se necesita mucho trabajo con ellos (32 en un aula) recursos y material, pero esto merece una entrada a parte, pues fueron muchas la conclusiones y mucho el trabajo que debe hacerse por delante.

Por la tarde conocimos Granada acompañados de Fernando. La ciudad, custodiada por el volcán Mombacho, respira una vida intensísima entre una arquitectura colonial. Nos adentramos por sus calles y descubrimos los lugares más emblemáticos: iglesia de La Merced, Parque del Central, Catedral, calle de la Calzada, calle Atravesada, Parque Sandino y el lago Nicaragua. Me llevé una ligera decepción al comprobar que el lago no está especialmente bien cuidado pues además de estar las aguas contaminadas, vacas y cerdos campaban a sus anchas por la orilla. A pesar de todo la belleza del entorno es espectacular. 
Después de la visita hicimos las pertinentes compras en un supermercado, por cierto mucho más caro que en España, lo cual no entenderé, y es que la vida en Nicaragua, en algunos sectores básicos es bastante caro.

Todas esas fueron las sensaciones que me he llevado en un primer día intenso y lleno de contrastes. Habrá muchas más.

sábado, 11 de julio de 2015

CON LA MALETA LLENA DE ILUSIONES

Iniciar un viaje, en este caso un apasionante viaje, conlleva realizar con antelación los pertinentes preparativos: maleta, documentación en regla, vacunaciones, e ilusiones, muchas ilusiones. Esta entusiasmo se acrecenta hasta lo imparable  si lo que voy a hacer es aportar un granito de arena en una misión de cooperación. Cooperación que realizaré con la ONG "Asociación Hijos del Maíz"
Para quien no  conozca esta asociación decir que nació hace algo más de 10 años del voluntarismo de unos "locos" mirobrigenses que un día ponen en marcha el deseo de cooperar fuera de sus murallas en países que pudieran estar necesitados.

En el presente curso, miembros de la asociación, Fernando y Óscar, me propusieron hacer algo con el profesorado de Ciudad Rodrigo con el fin de dar a conocer  la labor que  desempeñan en Nicaragua, concretamente en San Blas, a 10 Km de Granada. Hicimos un flashmob, entre otras muchas actividades, que implicó a 7 centros del ámbito y más de 500 alumnos. También pusimos en marcha  un blog con el fin de  describir las diversas actividades de difusión que se han realizado durante el curso escolar 2014-15. Pero ha llegado el momento de hacer algo más; conocer en primera persona toda la importante labor que allí se desarrolla.

Es por ello que escribo este diario de viajero y que, con la ayuda de las tecnologías, puedo difundir entre aquellos que deseen leer y conocer diariamente esta experiencia personal, y que enriqueceré con imágenes y vídeos todo lo que allí me encuentre, que será mucho. Bien es cierto que mi objetivo primordial no es mostrar, sino guardar en mi memoria un viaje que no olvidaré jamás pero que llegado el momento, el 20 de julio será la partida, quiero compartir con el mundo.

Os dejo el vídeo del flashmob que se grabó en Ciudad Rodrigo, allá por el mes de marzo.